Las tradicionales relaciones culturales entre España y Alemania hicieron posible abrir una brecha en el boicot científico impuesto a Alemania tras la Primera Guerra Mundial y permitieron a la política cultural y exterior de la República de Weimar la creación en España de instituciones científicas y educativas modélicas, sobre la base de la cooperación cultural y el respeto a los intereses políticos de ambos países. Con la Weltanschauung nacional socialista, sin embargo, política y cultura (armas y letras en 1936-1939) volvieron a identificarse, imponiéndose la primera y degradándose la segunda al convertirse en instrumento para otros fines.