Este trabajo trata de ciertas vicisitudes claves de la realidad institucional, teórica, metodológica y personal de la etnología en Francia desde 1920 hasta 1950, una crónica que conjuga resistentes y colaboracionistas durante la ocupación nazi, sexo cumplido e incumplido, platillos volantes, un combate de box, el surrealismo, el colonialismo, el turismo…, además de un rito de posesión etíope y las ceremonias de máscaras dogon.