La privilegiada información que suministra Levino Torrencio, segundo obispo de Amberes a Benito Arias Montano y a través de él a Felipe II sobre la situación de los Países Bajos, justifican la importancia desde el punto de vista histórico de este epistolario. Pero encontramos mucho más en él: la vida social, religiosa, política, militar, etc., de los habitantes de aquellas regiones; sus aspiraciones y anhelos; el comportamiento de las tropas españolas y sus gobernantes... En realidad en las veintinueve cartas que se editan se contempla y palpa toda la vida del S. XVI. No hay que olvidar tampoco la importancia filológica de este epistolario, para hacerla evidente el editor coteja en la introducción la forma de este epistolario con las teorías epistolográficas de Erasmo y Vives.