Francisco Noroña, relata en este su diario de viaje sus aventuras y desventuras en la exploración botánica de las islas de Filipinas, Mauricio y Madagascar. Se trata de una obra única, que atrae tanto por lo ameno y curioso de su relato, como por su gran valor como documento histórico, ya que el sevillano fue el primer explorador al que la Compañía Holandesa de las Islas Orientales permitió penetrar en las tierras del interior de Java, en concreto en la regencia de Priangan, territorio prohibido con anterioridad a todo extranjero a fin de salvaguardar el monopolio de sus posibles riquezas vegetales.