El autor pretende estudiar la revolución “rasgando la túnica histórica del movimiento revolucionario, para dejar al descubierto su íntima envergadura, su auténtico armazón mostrenco, como corresponde a un estudio filosófico en que no se tienen en cuenta sino directrices capitales y determinantes de la figura analizada”. La primera parte del libro se dedica a tratar el problema genético de la revolución, su tipificación, la caracterización del derecho post-revolucionario y cómo afecta el hecho revolucionario a la unidad del orden jurídico. El quinto capítulo conforma la segunda parte y trata sobre el derecho de resistencia en la Antigüedad, el Cristianismo, la Reforma, la Inglaterra revolucionaria, la Ilustración y la Revolución francesa.