El proceso de gradual independencia psicológica y moral que experimenta la mujer en la novela decimonónica conduce, en muchos casos, al establecimiento de relaciones emocionales triangulares. Esta creciente emancipación afectivo-sexual femenina ha sido ampliamente estudiada por la crítica. Pero la redefinición de la mujer, en una cultura en que las relaciones íntimas constituyen elemento primordial de la afirmación masculina, implica la reconstrucción social del hombre y su discurso. La novela española del siglo XIX se convierte, así, en campo privilegiado para el análisis de los resortes -psicológicos, emocionales, socio-culturales- que determinan la naturaleza de la masculinidad, y sus reacciones ante una situación límite que cuestiona su esencia y mina las bases del orden social. En el tortuoso mundo de las pasiones que se abre a la narrativa, el tópico esquema del triángulo amoroso se convierte en campo de batalla donde la rivalidad conducirá a reacciones masculinas tan diversas como el abandono, la resignación o el enfrentamiento. Tormentos de amor propone un recorrido por esas resignaciones, esos abandonos y esas guerras que venían a resquebrajar la seguridad sin fisuras de una masculinidad cuyo incontestable imperio comenzaba a desmoronarse.