El personaje literario en el relato es un estudio histórico de esta unidad del drama y de la novela, un análisis teórico del concepto que representa a lo largo de los siglos en las poéticas y que se completa con la exposición de las principales ideas sobre su posible deconstrucción. Aristóteles, en su Poética, al estudiar la tragedia, enumera sus partes cuantitativas y cualitativas y establece como primera y segunda de estas el mito (funciones) y el ethos (carácter o personaje). La primera unidad esencial, el mito, condiciona a la segunda, el personaje, de forma tan determinante en la estructuración de la obra que no puede concebirse un drama sin mito, aunque sí puede existir sin personaje. El tema del personaje estuvo siempre en el centro de las poéticas, sobre todo en los análisis del drama y de la novela, con nombres diferentes: ethos, carácter, hábitos, costumbres, personado sujeto, personaje, héroe, actante; sus funciones y su relación con otras partes de las obras se estudiaron minuciosamente en la poética romana y en las llamadas poéticas clasicistas. Superadas estas en el Romanticismo a partir de una nueva concepción del arte, siguieron los estudios sobre las nuevas formas de creación y textualización de los personajes y la manera de construirlos y, acaso, de deconstruirlos. Son muchos los tipos de personajes a lo largo de la historia de la creación literaria; el capítulo V estudia algunos modelos de construcción y presentación del personaje en la novela y en el drama: en obras de Baroja (por acumulación de informaciones), en el Lazarillo (como pliego exculpatorio del narrador), en el Quijote (el episodio de El Caballero del Verde Gabán busca la objetividad y la certeza a través del conocimiento del otro), en La Regenta (mediante rectificaciones que unos personajes hacen sobre otros), en el Retablo de la lujuria, la avaricia y la muerte (con personajes totalmente deshumanizados), etc. El capítulo final recoge algunas de las influencias de las teorías filosóficas actuales sobre las formas de concebir el personaje (deshumanizado, por capas, escondido, emergente, etc.), en un intento de definirlo y jerarquizarlo para comprender sus formas de textualización en los relatos. María del Carmen Bobes Naves fue catedrática numeraria de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo, y desde el año 2000, catedrática emérita; antes lo había sido de Gramática Histórica de la Lengua Española en Santiago de Compostela. Ha explicado Semiología Literaria en cursos de doctorado de varias universidades extranjeras (Facultad de Letras, Montreal; Facultad de Ciencias de la Información, Lugano) e impartido conferencias en la mayor parte de las universidades españolas y en muchas extranjeras. Es autora de más de doscientos artículos en revistas especializadas, así como de obras como La semiótica como teoría lingüística (1973), Gramática textual de Belarmino y Apolonio: análisis semiológico (1977), Teoría general de la novela: semiología de La Regenta (1985), El diálogo: estudio pragmático, lingüístico y literario (1992), La novela (1998) o La metáfora (2004). Dirigió la colección Perspectivas de Teoría Literaria y Literatura Comparada para Arco Libros, donde publicó la Semiología de la obra dramática (1997); Teoría del teatro: compilación de textos (1997); Semiótica de la escena: análisis comparativo de los espacios dramáticos en el teatro europeo (2001); Crítica del conocimiento literario (2008); Temas y tramas del teatro clásico español (2010); Realidad, literatura y conocimiento en la novela de Cervantes (2012); El teatro de Valle Inclán (2016). Ha traducido al español el Arte poética, de A. S. Minturno (2009), y Psicocrítica del género cómico, de Ch. Mauron (1997), entre otros textos.