El estudio de los linajes nobiliarios al servicio de los monarcas ha constituido uno de los temas más fructíferos en la historiografía modernista de los últimos años. No obstante, las investigaciones sobre los entornos cortesanos de las reinas, princesas e infantas no han recibido la misma atención. Este libro trata de responder a ese vacío ofreciendo un enfoque innovador sobre la figura de la reina Isabel de Borbón y sus servidores más relevantes. Si bien las relaciones clientelares que se establecieron entre la aristocracia y la Corona fueron durante mucho tiempo consideradas como un elemento que disminuyó la autoridad regia, en la actualidad resulta incontestable que dichas sinergias facilitaron la configuración de los Gobiernos modernos. El objetivo de este trabajo consiste en plantear el estudio de la cámara de la reina como espacio de poder privilegiado para las familias de las élites vinculadas a su servicio, donde las mujeres desempeñaron un papel preeminente. A pesar de que su condición femenina les impidió desarrollar un rol institucional, la proximidad a la reina les brindó el acceso a vías alternativas de influencia. Una de las aportaciones más originales es el empleo de fuentes de muy diversa procedencia, incluyendo aquellas de naturaleza económica, menos habitual en este tipo de estudios. El marco cronológico resulta crucial para entender la propia evolución de la Monarquía Hispánica que, tras completar un periodo de plena madurez política durante la primera parte del reinado de Felipe IV y el valimiento del conde duque de Olivares (1621-1643), evolucionó hacia una situación de inestabilidad en la que el modelo imperante hasta entonces entró en crisis.