"Las palabras como unidades lingüísticas" está concebido como un mosaico analítico, pero siempre desde la lingüística. El libro pretende contribuir al debate clásico acerca de la noción de palabra como unidad de análisis, sumándose a otras aportaciones actuales desde la prosodia, la sintaxis, la semántica y la pragmática. Reúne estudios específicos desde planteamientos teóricos distintos, pero con intereses comunes, relacionados tanto con los procesos de variación y cambio lingüístico, como con la diversidad tipológica. Se ha organizado en tres grandes secciones: «Palabras prosódicas y gráficas», «La dimensión morfosintáctica y las clases de palabras» y «El papel del léxico». La intención del volumen ha sido marcadamente inclusiva, pues está representada una gran diversidad de lenguas, con estudios sobre el español, las lenguas románicas, las lenguas indígenas americanas, o el euskera y el tagalo. Este aspecto es de suma importancia, puesto que ningún concepto básico en lingüística puede sostenerse si se discute únicamente desde una sola lengua, más aún tratándose de algo tan escurridizo como son las palabras mismas. En lo que toca al concepto de "palabra", de inmediato surge la cuestión de si se trata de una categoría universal con propiedades definibles, actualizada en cada lengua de una manera particular o si, por el contrario, se trata de una categoría de orden cultural con características específicas para cada lengua. Este problema es común a muchos otros aspectos de la investigación en lingüística y marca cierta actitud investigativa, desde la que se pueden establecer formulaciones de orden universal (reglas, principios, restricciones, jerarquías, cartografías…) y estudiar su grado de activación en diversas lenguas, o bien, partiendo de una visión más relativista, suponer que las cosas son diferentes de entrada, y que las acciones comunicativas tienen simplemente recursos diversos, aunque estos recursos puedan parecerse y compararse, a fin de cuentas.