La formación del Imperio romano no solo supuso un control militar y político de los territorios conquistados, sino que también trajo consigo la difusión de valores y modelos sociales y culturales que se extendieron por todo su territorio. Uno de los procesos más significativos fue el surgimiento, expansión y éxito de la cultura epigráfica romana que significó la producción masiva de monumentos epigráficos en Italia y el resto de las provincias romanas. En esta obra se utiliza una parte de esa producción epigráfica para aproximarse históricamente al espacio definido por las fuentes romanas como el territorio de los autrigones. La obra se estructura en dos partes: el corpus epigráfico de las inscripciones funerarias del territorio autrigón por un lado, y por otro, el estudio pormenorizado de este, que incluye una aproximación a su cronología, tipología y decoración, onomástica y, de manera más importante, la representación de los diferentes grupos sociales en la epigrafía, las relaciones familiares presentes en la conmemoración funeraria y lo que estos elementos nos indican sobre la sociedad que la practicaron.