La ciudad de "Tusculum", en la actual periferia romana de la zona conocida como "I Castelli", los antiguos "Colli Albani", ha despertado tradicionalmente el interés de eruditos, primero, e investigadores, después. De entre los diversos edificios aún visibles de la etapa antigua de la ciudad, bastante maltrechos por la contundencia del núcleo medieval y su propia destrucción violenta, así como por el paso del tiempo y una climatología y una topografía bastante adversas, ha destacado siempre el teatro. A comienzos del siglo XIX Luciano Bonaparte lleva a cabo las primeras excavaciones, al quedar el edificio incluido en los terrenos de su propiedad conocida como Villa Rufinella. Tiempo después, siempre en esa centuria, del estudio del edificio se encargan célebres nombres de la pionera arqueología romana de la época, como Luigi Biondi y Luigi Canina, ahora al servicio de casas nobiliarias de los Saboya y de los Borghese-Aldobrandini, a cuyas manos habían pasado ya los terrenos. No volverá a ser hasta mediados del siglo XX cuando el teatro sea objeto de nuevas intervenciones, que quedaron prácticamente inéditas, a cargo de Maurizio Borda, en el marco de un proyecto de rehabilitación del edificio que no llegó a prosperar. Es a este idílico paraje al que llega a mediados de la década de los noventa un equipo de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, a fin de poner en marcha un proyecto integral de estudio de la ciudad que continúa aún en nuestros días. Durante varios años, en su mayor parte bajo la dirección de Xavier Dupré, el objeto de estudio se centró en el complejo foro-teatro, en el que se realizaron algunos sondeos y se desarrollaron estudios monográficos sobre diferentes aspectos históricos y conjuntos materiales. Faltaba, no obstante, una monografía de conjunto que no solo recopilase y revisase todo lo realizado hasta entonces, sino que llevase a cabo un estudio detallado de la arquitectura del edificio para sentar las bases de su conocimiento ante la comunidad científica, tanto de su morfología y tipología, como de su datación y evolución constructiva. Los autores y colaboradores de este volumen esperan haber respondido a las expectativas y haber sabido honrar con este trabajo la memoria de todos los que, de uno u otro modo, han quedado unidos a la historia del teatro tusculano.