Bernat de Sarrià (?-1335) es un noble valenciano descendiente de un linaje catalán llegado al reino de Valencia al calor de la conquista cristiana. A lo largo de su larga vida y desde el ejercicio de las armas va escalando en el organigrama administrativo de la Corona de Aragón hasta ocupar distintos y muy elevados cargos de responsabilidad. La Tesorería, el Almirantazgo, la Procuración del reino de Murcia y más tarde la del reino de Valencia revelan la envergadura de esos cometidos. En medio de tales encargos realiza importantes labores diplomáticas, fundamentalmente para Jaime II. Desempeños que le brindan la cercanía al rey, que le entiende como uno de sus hombres de confianza a pesar de su baja condición social, ennobleciéndole en 1310. Sobre la antigua frontera valenciana con el reino de Murcia, Bernat de Sarrià inicia la construcción de un importante señorío. A través de compras y donaciones logra amasar un espacio dominical muy homogéneo, en un mar de población indígena que hace de motor económico. Envuelto en una dinámica de endeudamiento propia de la clase dominante feudal, que no acomoda la renta con el gasto, imposible de revertir por su volumen pese a recurrir a la obtención de dinero a través de canales ilegales y métodos violentos y sumido en una crisis familiar ante la ausencia de heredero, antes de perder el patrimonio a manos de los acreedores encuentra un medio para salvarlo mientras viviese. Tal vía se la ofrece Jaime II por medio de un acuerdo de carácter económico a cambio de que a su muerte cediese el señorío a uno de sus hijos, el infante Pedro de Ribagorza. Este estudio analiza la construcción del señorío de Bernat de Sarrià y el proceso de su posterior cesión al referido infante a través de una serie de instrumentos y gestores financieros que lo permiten y fiscalizan.