Respiras unas 23 000 veces al día. Cada vez que lo haces, quieras o no, hueles. El aire que te rodea está plagado de moléculas que no puedes ver a simple vista. En una inspiración, entran en tu interior tantas moléculas como estrellas ves en el cielo. El olfato, como el resto de nuestros sentidos, nos da información de nuestro entorno. También puede evocar recuerdos vividos o generar respuestas emocionales.