Vestir es cubrir el cuerpo dotándolo de una identidad que es a la vez personal y social. Para el observador, los signos visuales del vestido proporcionan informan inmediatas; edad, género, etnia, clase social, nivel de ingresos, profesión, adscripción religiosa y procedencia geográfica se manifiestan a través de variables indumentarias. El vestido es, pues, un elemento de comunicación y de relación; constituye un lenguaje en sí mismo y quien lo utiliza puede recrearlo como fórmula de afirmación personal o asumirlo para identificarse con el grupo a que pertenece. En esta obra, especialistas en el mundo clásico, islámico y medieval estudian las funciones simbólicas, económicas, sociales y religiosas del tejido y la indumentaria. Sobre bases documentales muy diversas, tanto escritas como materiales (la Biblia y la Odisea, la Tradición Profética del Islam o los diplomas gallegos altomedievales), se identifican pervivencias comunes a través de diferentes culturas o se subrayan particularidades específicas. Desde una perspectiva amplia, cronológica y espacialmente, tejer y vestir se convierten en signos portadores de expresión personal y social. Manuela Marín Niño; (Hasta su jubilación en el año 2011 Profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid). Arabista y especialista e las mujeres en al-Andalus.