Porque cada nuevo día es una oportunidad para vivir y para sentir; para caerte y equivocarte, y darte permiso para llorar, gritar y marcar tus límites; y también para vibrar, bailar y cantarle a la vida, saludar al día con litros de café y las dosis imprescindibles de amistad de la buena. A esas conversaciones que te nutren el alma y el corazón, a la vida en estado puro y abrir la posibilidad para estar con las personas que queremos sin mirar el reloj, sin prisa, disfrutando, dejándote llevar. Cuidar el tiempo, conectar desde el corazón, mover el alma, conmover(nos) proponiendo en positivo, descubriendo la luz, reivindicando, también, el derecho a la tristeza y a los días grises (sin tener que dar demasiada explicación por ello). Saberte vivo, viva; pintarle al día su trazo y darle su color. En este aquí y en este ahora al son de este: Eeeegunon mundo!!!