Roma, 1959. Los cardenales eligen Papa al anciano Juan XXIII. Deseaban un pontificado sin novedades ni sobresaltos. Se equivocaban. El “Papa bueno” lanzó la mayor revolución de la Iglesia católica en la época moderna, el Concilio Vaticano II: una reunión de todos los obispos del mundo, un debate sincero y abierto, cuyas propuestas marcaron a la Iglesia católica.