“Un joven y eminente profesor de la Universidad de Bolonia se ve envuelto en una delicada investigación. Decide escapar de todo y termina recorriendo la apacible ribera del Po. Allí encuentra un edificio de piedra abandonado en el que se instala. En torno a su nuevo hogar se van tejiendo historias cotidianas de amor y amistad entre el profesor y las gentes del lugar”. Pero lo más hermoso es lo que dijo Olmi, el director, a propósito del film: “Siempre he estado conmovido por la figura de Cristo, al que siento como si estuviera junto a mi, un poco a mis espaldas. He comenzado a convivir con esta Presencia, y la gran diferencia es que antes le sentía como si me interrogará para juzgarme, pero ahora, con el tiempo, siento que me interrogaba para perdonarme. Y puedo decirte que todavía me conmuevo”.