En los años 20, Constante y Sante son dos niños inseparables. Comparten juegos y travesuras en un pequeño y pobre pueblo del Norte de Italia. A pesar de sus diferentes caracteres, a ambos les une una misma pasión: el ciclismo. El destino hace que tengan que separarse y sus vidas toman rumbos completamente opuestos. Constante llegará muy lejos, a competir en las más prestigiosas carreras de ciclismo y se convierte en un Campeón Nacional. Mientras, Sante utiliza su bicicleta como un instrumento que también le hará famoso, pero al más puro estilo Robin Hood, para robar y entregárselo a los más pobres. Por distintas circunstancias (el uno escapando de la policía y el otro por participar en el Tour) se encontrarán muchos años después en Paris. Ambos se preparan para la carrera más importante de sus vidas.