Un sofocante día de agosto de 1945, los habitantes de un pueblo se preparan para la boda del hijo del funcionario del ayuntamiento. Mientras, dos judíos ortodoxos llegan a la estación de tren del pueblo con unas misteriosas cajas. El funcionario del ayuntamiento teme que sean herederos de los judíos que echaron del pueblo y espera que reclamen las propiedades que les fueron arrebatadas injustamente, propiedades que habían perdido durante la Segunda Guerra Mundial. Otros habitantes del pueblo tienen miedo a que vengan más supervivientes, amenazando así las propiedades y posesiones que ahora reclaman como suyas.