Ojalá este cuento siembre preguntas que aniden en nuestras mentes y en nuestros corazones, tengamos la edad que tengamos.
Las personas adultas de este mundo andamos muy perdidas. Le damos valor a lo que no lo tiene... Vivimos muchas veces ciegas a lo verdaderamente importante ¡Tenemos tanto que aprender de la infancia!
Entonces aparece Ojos Grises, una entrañable anciana que no perdió la escucha a su niña interior, para recordarnos a todas las hijas e hijos de la prisa, el mágico valor de volver a disfrutar del camino, lentamente, en presente... como hace la infancia... como hacen las abuelas y los abuelos.
Solo usando JUNTOS nuestra poderosa imaginación para soñar por un MUNDO MEJOR, es que hallaremos la puerta hacia esa nueva y maravillosa realidad, que siempre nos estuvo esperando.
La esperanza está en cada niño y cada niña que no se pierde por el camino que le trazaron algunas personas adultas perdidas. La humanidad tiene una oportunidad en cada niño o cada niña, en cada familia por grande o pequeña que sea, que sabe aún soñar despierta, a corazón abierto.
Para ellas y ellos es especialmente este cuento.