Este es un libro escrito en los meses más agudos de la pandemia por el Misionero comboniano P. Antonio Pavía, que, a consecuencia de la patología adquirida durante sus años de misión en Ecuador, ha sufrido un confinamiento especialmente rígido. Este experto en convertir en alimento espiritual la sabiduría acumulada por la palabra contemplada, como diría Santo Domingo de Guzmán, nos ofrece un cielo abierto donde la presencia de las “luces del alma” ya han sido tatuadas con entusiasmo en nuestros corazones. Un libro para las personas de esperanza tranquilizadora y optimista que anhelamos reavivar esa llama que arde y anticipa nuestra capacidad de acercarnos a Dios, que es ternura cuando somos frágiles y fuertes a la vez.