¿Qué futuro le espera a esa generación que no ha aprendido los fundamentos de su fe, y son educados por el Estado en su ideología? Es en esta nueva savia donde tiene depositadas sus esperanzas el nuevo orden mundial, porque confía en que saldrá a imagen y semejanza de los patrones que sus promotores han creado. Si quiere hacer frente al mundo, el católico no tiene otra salida que, desde ahora mismo, fortalecer el conocimiento de su fe y vivirla en sinceridad. Con el fin de intentar desperezar a ese confiado creyente, se ha escrito esta pequeña obra para, por lo menos, hacer germinar una primera duda, una semilla de nuevas preguntas que inciten a cuestionar la aparente seguridad de esa vida propuesta por los nuevos amos en esta época que nos ha tocado vivir.