Este libro es una denuncia ante el avance de la laicidad y el intento del Nuevo Orden por imponer por la fuerza sus ideologías antihumanas y anticristianas en nuestra sociedad. Se trata de levantar la voz contra este atropello, nunca conocido hasta el momento en la historia humana, tanto por su repercusión destructiva como por la universalidad de su alcance. Si este intento llega a conseguir sus objetivos, estaremos asistiendo a la abolición del hombre que profetizó hace algunos decenios C. S Lewis. No se puede callar de modo vergonzante ante estos atentados a la libertad religiosa y a los derechos humanos. Son, además, unos atentados que se dan a nivel mundial y desde los puestos más altos, como el protagonizado por la oficina de Derechos Humanos que dirige la expresidenta chilena Michell Bachelet. Como un primer paso para ilegalizar a los opositores a la ideología de género y, en concreto a los cristianos, la Sra. Bachelet ha enviado un cuestionario a grupos LGTBIQ+ para que identifiquen a políticos, líderes religiosos y organizaciones que de alguna manera se opongan a la agenda LGTBIQ+, criminalizando a los que por defender su fe y sus tradiciones o proteger a la familia, no comparten la nueva política dictatorial del pensamiento único. Según la oficina de los DD.HH., los que se oponen a la agenda LGTB están contra los derechos humanos, así que han de ser identificados primero, para ser, luego, castigados. No se admite, en estas nuevas directrices el derecho fundamental a la objeción de conciencia, porque para los nuevos ideólogos la verdad está con ellos y los que no la comparten, son enemigos de la humanidad. Creo que algo semejante decían los antiguos romanos respecto al cristianismo naciente. Y lo que es más asombroso, la sociedad que se llama relativista y que no admite ninguna verdad, se reserva para sus propuestas la exclusividad de la misma: la verdad no existe -afirman- pero la de los demás. Se ha iniciado, pues, el proceso para la ilegalización del cristianismo. Todo esto viene avalado por el Nuevo Orden Mundial para instaurar un gobierno mundial y una religión universal. Las palabras de la misma Sra. Bachelet no dejan lugar a dudas al respecto, cuando con ocasión del homenaje a la Declaración Universal de los Derechos Humanos -mutilados y archivados por los “nuevos derechos”-, afirmaba: “Amigas y amigos, la pandemia del Covid 19 nos ha demostrado que el modelo de sociedad existente construido sobre desigualdades generalizadas no es sostenible”. Se refiere, supongo, a las desigualdades entre hombres y mujeres y a la no inclusión. Y proseguía: “No podemos volver al ‘día 0’, a esa normalidad mala que permitía un mundo tremendamente desigual… Necesitamos un nuevo contrato social para una nueva era… Y para esto necesitamos de uno de los principios masónicos, la solidaridad, la fraternidad. Confío en que podamos unirnos y actuar como una sola humanidad, porque esto es lo que somos”. Es decir, que vamos hacia un gobierno mundial y una religión universal. Como cristiano he de hablar y no puedo hacerme cómplice de los que adaptan al mundo su fe porque ello supone una traición a la Iglesia y al Mundo, al que la Iglesia debe servir en la Verdad y en la Caridad. Y la Verdad y la Caridad, pide la fidelidad al Evangelio. De los grandes peligros que amenazan a la Iglesia, como denuncia el libro del Apocalipsis, el mal no viene de los ataques de los enemigos, sino de la complacencia de los amigos que, por congratularse con las expectativas del mundo, esconden su fe. Esto es lo que lleva a la destrucción y la desaparición de la Iglesia. La persecución, en cambio, es abono para un nuevo florecimiento. Como contrapartida, se ven algunos signos positivos en los nuevos movimientos eclesiales, como la Renovación Carismática o el Camino Neocatecumenal que, se encuentran en el mismo lado que los pentecostales en la defensa de la vida, la familia y el reconocimiento de Cristo en la vida pública. Estas, y parecidas cuestiones, son las que me han motivado a escribir este libro. Estamos entrando en tiempos oscuros y nos enfrentamos a las potencias del mal, que parecen dominar el mundo. Estamos perdiendo batalla tras batalla, pero sabemos que el triunfo definitivo es nuestro, que el mal no va a prevalecer sobre el bien, y que Cristo es el Señor de la historia. Nosotros, por nuestra parte, hemos de estar dispuesto a defender la Verdad, sin temor alguno. Sólo el amor es más fuerte y vence a la muerte.

NOM La nueva tiranía

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  • Autor: Ramón Domínguez Balaguer
  • Editorial: Bendita María
  • Número de páginas: 370
  • ISBN: 9788412365245
  • Peso: 0,557
  • Encuadernación: Rústica

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