«"Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos". De esa petición de Cristo salió el Hogar Nazaret, que busca consolar el Corazón de Jesús permitiendo que sean los más pequeños los que sacien Su sed de amor.
El Señor ha querido quedarse en los desagradecidos, los desgraciados, los que humanamente no merecen nada, y yo me quedo con Él porque vivo atrapado en su amor. Estoy en la selva del Amazonas por Jesús, estoy con Jesús y estoy en Jesús, que dijo: "Lo que hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis". Él y yo somos uno.
Jesús juega conmigo, me trae, me lleva, y me hace cada una... Al igual que un niño, es Jesús quien se sube a mis hombros, me tapa los ojos y me lleva por donde Él quiere. Y ríe, disfruta y es feliz. Él es el secreto, el tesoro escondido porque el que lo he dejado todo, y haberlo dejado todo no significa nada porque me he quedado con Él».