La muerte perinatal y su duelo es un tabú social, la autora de esta obra pretende ponerlo en el candelero, compartiendo la experiencia que ha supuesto en su vida la muerte de uno de sus hijos, en la semana 39 de gestación. La crisis emocional y de fe experimentada tras este acontecimiento no tenía precedentes. Tras ello descubre una nueva maternidad, le hace trascender, "Acunando con el alma", es un canto a la vida, a la terrena y a la celeste, el relato pone de manifiesto que el amor siempre supera al dolor, y que la canalización del dolor por la vía de la fe es el máximo bálsamo reparador que ha hallado a lo largo del arduo camino recorrido durante su duelo.