Leer no sirve para nada tiene algo de banquete. Su autor, Jesús Beades, sienta en la misma mesa a autores que, por una u otra razón, él considera dignos de ser (re)leídos. Encontraremos aquí, brindando juntos, a Chesterton, a Tolkien, a Borges, a Delibes, a Tabucchi, mientras el bueno de Beades los retrata y nos explica por qué es preciso leerlos antes de que la muerte nos devore.
Pero merece la pena aclarar algo. Que no arqueen la ceja los lectores más recelosos. No es este un libro para eruditos, tampoco para esos culturetas que enaltecen el Ulises de Joyce y desdeñan, por ejemplo, la literatura policíaca, esos que hablan pomposamente sobre Rayuela y miran condescendientes al joven que pierde su tiempo con Harry Potter. Defensor de la lectura popular, gozosa, hedónica, Beades reivindica todo lo que los esnobs literarios desprecian: Astérix, Tintín, La isla del tesoro, Las crónicas de Narnia… Joyas a las que no debería renunciar ningún lector que lea para nada, esto es, para todo.