«Al acercarnos a la poesía de Ada Negri, a un rostro que, como a menudo sucede con las mujeres lombardas, presenta rasgos fuertes aunque habitados por una secreta ternura, nos encontramos con una sorpresa: hay algo intacto que nos llega de sus versos, una energía indómita, un reto que permanece abierto. Si visitáis 'sus' lugares, los campos lombardos de Lodi y Motta Visconti, y llegáis allí hacia final de año, en mitad del invierno, cuando las cosas aparecen en el horizonte rasgando el velo de niebla que une cielo y tierra en un fundido blanco, comprobareis cómo cada árbol inmóvil en el llano, o vuelo de mirlos y palomas en el cielo, o figura que discurre al borde de las acequias a pie o en bicicleta, o fila baja de casas o letrero de un bar, todo es 'un evento'. En este sentir la vida como 'evento', como un 'acontecimiento' que aparece, reside la energía primordial de la poesía de Ada Negri. Esta energía sigue latiendo intacta, viva, discreta en la lectura de sus textos». Davide Rondoni