En la mañana del 28 de diciembre de 1967, en una fábrica metalúrgica de Anderlecht, barrio de Bruselas cercano a la Gare du Midi, saltó la alarma por uno de los frecuentes accidentes laborales. Murió un joven trabajador, el jesuita Egied Van Broeckhoven. Este libro contiene una amplia antología de extractos editados e inéditos del diario al que Van Broeckhoven confió sus reflexiones. En él se disciernen elementos profundamente enraizados en la tradición de la Iglesia católica y, al mismo tiempo, perfectamente adaptados a las necesidades e interrogantes de los hombres de nuestro tiempo. Jesuita, trabajador y místico, Egied Van Broeckhoven permaneció fiel a la vocación que le llevó a los barrios más pobres de Bruselas, donde compartió su vida con los trabajadores y los marginados y donde descubrió el profundo valor de la amistad cristiana.