La garantía de una vida feliz es, para un creyente, estar siempre con Él. Es el amor el que garantiza el sosiego de los corazones. Amor a Cristo y amor a los hermanos. Amar como ama el Espíritu de Dios; vivir en la seguridad de ser hijos de Dios. Entre tanta agitación personal y social, ¿cómo podrá conseguirse? Siempre con Él es una propuesta para alcanzar el gozo de una vida con sentido en la serenidad del día a día. Se pone en manos del lector la palabra escrita al servicio de la Palabra eterna. Por eso, esta publicación tiene sentido solo si va acompañada de evangelio y de silencio, incluso en este orden: evangelio, lectura, silencio. Los clásicos dirían que este libro es imperfecto, porque ellos entendían por ello inacabado. En efecto: está sin terminar. Al menos ese es su deseo: que el Espíritu Santo lo desarrolle y concluya de modo original en el corazón de cada lector.