Las apariciones de la Virgen María a Santa Bernadette Soubirous provocaron en el siglo XIX un extraordinario debate intelectual sobre los milagros y la presencia de Dios y lo sobrenatural en el mundo. Fue sometida a una exhaustiva investigación y a duros interrogatorios tanto por parte de las autoridades eclesiásticas como de las civiles, estas últimas llegando incluso a la persecución abierta.