“Mi nombre es Lucas de Antioquía. Estos pliegos manuscritos los he ido escribiendo, tarde a tarde; los primeros, en mi casa paterna de Antioquía, tercera ciudad del mundo grecorromano, con su muralla de las trescientas torres, en una de las cuales yo nací. Yo era muy niño y vivía muy lejos de donde sucedieron estas cosas, pero intenté ir recogiendo en estos papiros, a modo de vademécum: lo que iba oyendo, y escuchando, y rumiando de mis mayores y de, mis mejores amigos... especialmente Pablo de Tarso; lo que contaban las gentes sencillas que lo vivieron personalmente, que fueron testigos de todo ello. Siempre me ha encantado escuchar a los testigos de las cosas que pasaron. Tardé más de lo debido en convencerme de cómo ardían en mi corazón...”.