Este libro ofrece lo sustancial del pensamiento espiritual de san Juan Crisóstomo, uno de los grandes Padres de la Iglesia, latina y ortodoxa. Encontramos aquí su ardiente enseñanza sobre Jesucristo, Dios, la Virgen María, la Iglesia y los sacramentos, las virtudes teologales y morales, el pecado y los vicios, además de las últimas verdades de la vida o los Novísimos. San Juan Crisóstomo fue obispo de Constantinopla y ha sido declarado Doctor de la Iglesia, es decir, sus enseñanzas gozan de perenne actualidad entre los pensadores cristianos. Pudo haber sido por sus estudios uno de los hombres más célebres de su tiempo y renunció a todo, haciéndose ermitaño bajo la austera regla de Pacomio, hasta que vio quebrantada su salud. El resto de su vida lo dedicó al estudio de las Sagradas Escrituras en las que figura a la cabeza de todos los comentaristas. Es célebre por haber buscado en la Palabra de Dios su significado espiritual y ser el autor que mejor ha sabido aplicarlo a la vida. La historia personal de Juan es una admirable combinación de honestidad y ascetismo, profundamente preocupado por la reforma de las costumbres y la corrupción política de la corte imperial y del clero. Poderosos enemigos no le perdonaron nunca su honradez, santidad de vida y sinceridad hasta el punto de ser destituido de la sede de Constantinopla y morir completamente solo. El ejemplo principal de este célebre obispo, además de su santidad personal y su excelente predicación, es una brillante exégesis y las reformas litúrgicas que hoy se practican en la Iglesia ortodoxa.