En "Crecer desde el sufrimiento", Atilano Alaiz aborda un tema candente que nos afecta a todos. Habla desde su experiencia en la pastoral sanitaria, en la que es un gran samaritano para las llagas del espíritu a través de consultas y confidencias. Entiende que los sufrimientos han de convertirse en transfusiones vivificantes; no podemos consentir que se reduzcan a hemorragias mortales. En el sufrimientos se pueden forjar santos y profetas, o verdugos y renegados. Hay que hacer realidad lo primero. Hay que convertir las cruces en signos de sumar, en cruces redentoras. Las propias y las ajenas. Esta es la verdadera sabiduría, lo contrario es una insensatez demencial.