La historia está jalonada de obras maestras bien perfiladas y acabadas que conservamos como un presente. Algunas, como la Victoria de Samotracia, las atesoramos aun mutiladas. Custodiamos también gran número de obras inacabadas. Quizá hacemos todo esto porque una victoria humana descabezada por el tiempo o la barbarie nos recuerda quiénes somos; porque conservar los restos de nuestros mayores dice algo de nosotros; porque aceptamos que en este mundo todo lo humano se nos presenta inacabado. Sin embargo, hasta la obra inacabada apunta en alguna dirección, inaugura rutas apenas esbozadas que otros podemos explorar. Así, nos acercamos a esas obras inacabadas con una conciencia fraterna de finitud y con fraterna necesidad y voluntad de salvación. Voluntad de salvar la obra inacabada y de ser salvados por ella, si esa obra apunta, precisamente, a nuestranecesidad común de ser rescatados por Otro. La tesis doctoral de Irene Vázquez Romero es una obra inacabada, <> que recorre las huellas de un maestro, C.S Lewis. De su mano esperaba Irene descubrir, por la vía del deseo y la imaginación como lugar de síntesis entre fe y razón, un camino hacia el encuentro con Jesucristo, un camino, amable para el hombre de nuestro tiempo, hacia el Señor de la Historia.