Este libro tiene su punto de partida en el acto económico de la compraventa, desde el que esboza una interesante fenomenología del comprador y del vendedor que pone de relieve el papel de la justicia y de la liberalidad. Ambas actitudes tienen como condición de posibilidad el dominio que el hombre ejerce sobre las cosas. Un dominio fundado en el hecho de que los seres humanos participan de un bien común que los trasciende y que los convierte, no en individuos atados a sus deseos privados, sino en ciudadanos o, según la expresión de Vitoria, en gentes integradas en un mundo u orbis. En cuanto al sentido económico de estos temas, se observa que Vitoria no tenía intención de diseñar una ciencia económica; aunque indicó muchas articulaciones positivas de hechos económicos, entre las cuales destacan las determinaciones del precio justo.