El presente ensayo –y esta palabra incluye también la dimensión de “intento”– busca exponer lo que la Trinidad ha querido comunicarnos de su propia vida y de su designio de salvación a propósito de la Iglesia a partir de tres claves fundamentales: su identidad (el pueblo de Dios sacramento universal de salvación), su forma propia ( la comunión) y su finalidad (la misión). Denominando vademécum a esta publicación, el autor se ciñe a la definición que de dicho instrumento ofrece el diccionario de la Real Academia Española: «libro de poco volumen y de fácil manejo para consulta inmediata de nociones o informaciones fundamentales». Así pues, en las páginas que siguen expone las claves y temas fundamentales sobre el misterio de la Iglesia. El título elegido, «Una débil criatura lleva a Dios», procede de la obra «El misterio del pórtico de la segunda virtud» de Charles Péguy. Su genio poético fue capaz de anticipar el núcleo de la eclesiología del Vaticano II —la índole sacramental del pueblo de Dios—, sacando a la luz la potencia paradójica de nuestra fe: «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad» (2 Cor 12,9). Nuestro tiempo requiere no retirar la mirada ni el corazón de esta verdad.