La inesperada intervención del Papa emérito, Benedicto XVI, sobre la Iglesia y el escándalo de los abusos sexuales, publicada en abril de 2019 [...] representa una contribución de excepcional interés para la purificación y la renovación de la misión eclesial. Una contribución que, por desgracia, no ha sido todavía suficientemente considerada y asimilada. No debemos olvidarla ni dejarla de lado. Es necesario, más bien, retomarla y estudiarla para dar todo el fruto de renovación que ella pide. (De la Introducción de Livio Melina y Tracey Rowland) A Joseph Ratzinger le gusta recordar una frase de San Ignacio de Antioquía: “Cuando es odiado por el mundo, el cristianismo no es obra de persuasión, sino de grandeza” (Ad Rom 3,3). Hoy, en un tiempo en que la Iglesia es acusada sobre todo en sus ministros, resuena de nuevo esta llamada a considerar la grandeza de su vocación. Hay, sin duda, necesidad de medidas que toquen las acciones disciplinares y judiciales para evitar los abusos y reparar sus daños, pero esto será del todo insuficiente si no se enciende esa llama que anima el corazón del sacerdote, recordando la grandeza de vida a la que ha sido llamado y el estupor ante la “audacia de Dios”, que ha querido poner un don tan grande en sus manos. Es precisamente a la luz de esta grandeza como el presente volumen pretende oportunamente releer, meditar y profundizar en los Apuntes de Benedicto XVI. (Del Prefacio de Georg Gänswein)