La emergencia educativa, tantas veces descrita y anunciada por Benedicto XVI, pide un acercamiento nuevo a la educación, el acercamiento de una “pedagogía de las virtudes”. Este libro nos enseña cómo las virtudes favorecen una visión sapiencial del mundo en el que aparece la figura de un todo bello y unificado. Es esta figura lo que hace que la inteligencia se despierte cada vez más y pueda ser creativa. Las contribuciones de este volumen, obra de especialistas en tema de virtudes y educación, nos hablan de cómo las virtudes se sitúan en la dinámica del amor que guía las acciones hacia una excelencia de vida. Las virtudes capacitan al sujeto para que responda con sus elecciones concretas, disponiéndole hacia el don de sí que hace posible la comunión de personas. Como esos hábitos operativos buenos que permiten una excelencia y ordenan al sujeto “de lo bueno a lo mejor”, las virtudes, en su diversidad, hacen posible esa unidad de vida y esa disposición relacional, tan anheladas hoy en el ámbito educativo.