Preocupados por cómo transmitir el Evangelio en la sociedad actual, Jesús Espeja Pardo y Jesús Díaz Sariego se proponen la escritura de este libro como una solución a la tendencia que llevamos tiempo arrastrando: una cultura consumista y voluble, donde lo permanente desaparece y la necesidad de encontrar un sentido a la vida se hace, cada vez, más latente.