Una mujer, liderando un grupo de compañeras, en el siglo IV, cumplió un rol clave en la traducción de la Biblia cristiana. Colaborando con San Jerónimo en esa tarea fundamental, su aporte fue indispensable en la comprensión y difusión de las Sagradas Escrituras. En estas páginas se nos presenta, a modo de imaginaria y documentada autobiografía, el testimonio de Santa Paula, apasionada por la Palabra.