Este libro se sitúa fuera del naturalismo cientificista, bien sea analítico o fenomenológico, para ofrecer una metafísica plural, de corte personalista, en la que tiene cabida tanto el ámbito de la naturaleza, como el de los seres personales. En él se habla de quarks, de átomos y de combinaciones químicas, pero también de seres vivos, de animales y de personas. Contando con ideas de Edmund Husserl, Xavier Zubiri y Max Scheler, la autora elabora metafísica fenomenológica, como alternativa a la ontología hermenéutica de Martin Heidegger. En dicha metafísica fenomenológica filosofía primera, se desarrolla la teoría de la susttantividad de Zubiri, entendida desde la teoría de todos y partes de Husserl. En concreto, la persona queda descrita, no como una mera existencia (Dasein), en la que se renuncia a la esencia, sino como una vida intencional, dotada del peculiar dinamismo de la libertad, que, pace Heidegger, es necesariamente un dinamismo moral.