¡Somos libres! Jesucristo nos ha liberado. Nos ha conseguido la vida. Ahora es preciso caminar. Nos ha dicho que él mismo es el camino. En estas páginas proponemos diez directrices, die señales, diez maneras que nos ayuden a dar pasos caminando siempre en él. No se trata de diez cosas que hacer. Es abierto. No nos dice tanto el cómo hacer sino el adónde ir, no nos dice cómo caminar sino por dónde va el camino. Es un decálogo siempre vivo, como viva es toda relación de amor. Los diez puntos no son más que una propuesta para cualquier cristiano, nacida de lo que hemos vivido desde hace mucho tiempo en esta familia que es la Iglesia. El primer capítulo plantea la necesidad de vivir vivos. Los cuatro siguientes dibujan el terreno, hablan de la postura del seguidor de Cristo que proponemos lo que enmarca su estilo de vida. Los otros seis comentan pasos concretos. Quienes tenemos conciencia de haber sido liberados por Cristo queremos seguirle, deseamos mantener la paz y la alegría de sabernos abrazados por él: el decálogo para liberados quiere ser una ayuda para los salvados que quieren permanecer con su Salvador.