La liturgia nos transforma poco a poco para que ya en la tierra vayamos saboreando el cielo. En ella encontramos y ponemos palabras a los deseos y gritos más profundos de nuestro corazón. La liturgia une, educa, enseña, revela, transforma, hace saltar al alma de gozo y desear alabar a su Creador. Este veterano monje francés, ha sido capaz de poner palabras a la maravillosa realidad de la liturgia: ¡cuánto tiene que ver con nuestra vida de cada día! Nos abre la puerta y el apetito para descubrir y degustar los tesoros que en ella se esconden. Este libro es un tesoro. Ojalá su lectura sirva a muchos para aventurarse a bucear en el misterio insondable de la eternidad en el tiempo.