El Apocalipsis de san Juan sigue siendo hoy un texto incomprensible para muchos creyentes. Al ofrecer el autor una relectura a través de un cuento, solo trata de crear un escenario en el que poder acercar su dimensión profética al hombre y la mujer de hoy, facilitar una puerta de acceso al contenido espiritual revelado al Vidente de Patmos para una posterior meditación personal y comunitaria. Al final de cada capítulo, el lector encontrará una síntesis a modo de confrontación entre la mirada del protagonista y la mirada de Dios, entre la desesperación y la esperanza, personificada en la mirada del ángel.