“Marcado en el viento” se abre en la existencia del hombre perdido que busca…, que anhela encontrarse en el camino de ser en la Palabra. A través de poemas, que, en miradas leves y profundos ecos, acercan a la fuente de vida de las cálidas moradas, de los espacios de silencio de la vida monástica –vida de oración, de alabanza, de entrega a Dios y al hombre–. En el verso, que halla aliento en las entregadas, serenas voces de hoy, y en las siempre luminosas que perviven entre nosotros –santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz–. Y en un transcurrir sobrio, conmovido, de la palabra que se alza, desde el fondo orante de búsqueda, luz y conversión, bajo la gracia de Dios, hacia la vida perdurable.