Este libro ha surgido como respuesta a una interpelación o desafío: el covid-19. No nos pueden dejar indiferentes la angustia y la incertidumbre de tantos millones de personas que han visto truncadas sus expectativas y su estilo de vida porque han experimentado en carne propia el miedo, la enfermedad, el duelo, la pobreza, la soledad… También ha sido la experiencia de tantos hijos de la Iglesia que han caído en la perplejidad y en la incertidumbre sobre su modo de actuar. La Iglesia no puede quedar atenazada ni paralizada a la orilla del camino, sino seguir tras Jesús al encuentro de la humanidad dolorida. El presente texto ofrece una interpretación y una propuesta teológica: porque sin esta perspectiva es posible que algunos de los planes pastorales de nuestras diócesis, parroquias o movimientos eclesiales naufraguen en la desorientación e inseguridad. Se trata, en suma, de una reflexión teológica que, brotando del corazón de acontecimiento salvífico, no ignora el rumor de la calle.