Este libro testimonial evidencia cómo durante un proceso de duelo, lo terrenal se entrelaza perfectamente con lo divino. Demuestra también que todas las personas estamos conectadas de una forma providencial, por o para un propósito concreto. Un tipo de conexión que, una vez iniciada, no podemos ni queremos evitar. Simplemente sucede para poder percibir, en definitiva, la luz de Dios, que es quien ilumina nuestras vidas motivándonos a seguir nuestro camino. Iñaki, junto a sus nuevos amigos, se manifiestan dejando en claro que la realidad casi siempre, supera la ficción.