Los adolescentes pasan gran parte del día en los centros educativos: allí modelan su carácter y su personalidad; en muchos casos, se ven obligados a tomar decisiones con una alta carga emocional y afectiva, y se efectúa una sobreexigencia de su responsabilidad ante sus iguales. Todo esto pasa mientras ocurren transformaciones de tipo biológico, psicológico y de influencia social que repercuten de forma directa en la consolidación de la personalidad, el autoconcepto y el autoconcepto físico. Nuevas corrientes de intervención pedagógica abalan estos cambios, las cuales surgen a partir de la psicología social: la psicología positiva, la educación y atención temprana. Su preocupación fundamental se encuentra en el bienestar emocional y el desarrollo psicomotor de los adolescentes. Sin embargo, en esta tarea tiene una gran influencia el aprendizaje del autocontrol. Las emociones, los sentimientos, las relaciones, entre otros, conforman la práctica educativa y el aprendizaje. Si queremos comprender con profundidad la práctica deportiva, tenemos que comprender con detalle el significado que cada practicante le atribuye a ese ejercicio. Para algunos, el deporte y la educación física solo simbolizan un espacio de ocio; para otros, simbolizan salud, bienestar, encuentro con el otro o encuentro con la naturaleza.