San Bernardo es una de las figuras más importantes de la espiritualidad cristiana occidental, sin duda, uno de los que más influyó en la espiritualidad, llegándose a decir que todos los místicos de la Edad Media dependen más o menos de él, unos le siguen, otros le copian o le plagian. En sus escritos se nos descubre a un enamorado de Cristo, volcado en cuerpo y alma al servicio a la Iglesia. Sin duda, como autor místico, para san Bernardo el libro predilecto de la Sagrada Escritura es el Libro del Cantar de los Cantares, que interpretado alegóricamente no habla de otra cosa sino del encuentro amoroso entre el alma y Dios, un libro en el que, según sus propias palabras, “habla siempre el amor, el que desee enterarse de su lectura que ame… Así como ignorando el griego no se puede entender al que habla ese idioma… de la misma manera el idioma del amor, inculto para el que no ama, sonará como una campana ruidosa o unos platillos estridentes”.