Uno de los grandes regalos que Dios ha dado a la Iglesia es el santo jesuita Claudio de La Colombière. Este santo francés compartió el mismo siglo con Santa Margarita María de Alacoque, la Hermana de la Visitación que recibió las visiones del Sagrado Corazón, que los eruditos católicos caracterizan como el periodo moderno de la devoción, cuyas raíces espirituales están en la Escritura y en la Tradición de los Santos Padres. Este santo jesuita –con fama de brillantez en la enseñanza, la predicación y la dirección espiritual– fue enviado por Cristo para alentar espiritualmente y apoyar a la humilde religiosa de Patay, que luchaba con las grandes revelaciones del amor y la misericordia de Dios que se encuentran en el corazón traspasado del Salvador. Su sabio consejo espiritual estabilizó a santa Margarita María y le dio la confianza y el discernimiento para revelar y promover la revelación del Sagrado Corazón, como nuestro Señor deseaba.